Hace un par de días un profesor de Medicina Legal nos hacía una reflexión sobre la publicación de las imágenes de la autopsia de Michael Jackson en los telediarios en horario protegido. Ha sido un pensamiento que en todo este tiempo no se me ha ido de la cabeza y se han ido sucediendo una serie de acontecimientos que me han obligado a tener que desahogarme por aquí.
¿Cuántas veces habrá podido ver hoy cualquier niño o niña la cara ensangrentada y reventada de Gadafi? Normalmente los telediarios resultan violentos de por sí, dado en el maravilloso mundo color de rosa en el que vivimos, pero cuando encima es noticia se convierte en un bombardeo incesante e indiscriminado de la misma imagen a varias horas del día y en todos los canales existentes.
Podríamos reflexionar sobre la idea de ocultar esta nuestra realidad a los niños, ya que de algún modo u otro es lo que tarde o temprano les va a tocar vivir, se podría pensar que cuanto antes se acostumbren a ello mejor (reflexión realizada totalmente sin tener en cuenta el impacto que puede suponer para un niño pequeño a integración de la violencia de forma tan explícita). Pero entonces otra idea me viene a la mente… si el objetivo que tenemos es no ocultar la realidad a nuestros retoños ¿Por qué cuando hay que emitir un video que contenga contenido sexual explícito si lo censuramos? No veremos jamás un pene en un telediario!!!
Y esto me lleva a pensar en el mensaje tan erróneo que mandamos a los más pequeños, les están demostrando continuamente que la sangre, la violencia, el hecho de que haya gente que muera de hambre es algo normal, con lo que deben convivir y ante lo que deben hacerse fríos e indiferentes cuanto antes mejor. Pero el cuerpo desnudo de un hombre! Algo que ellos mismos tienen y las relaciones sexuales sanas y naturales que se pueden llegar a tener entre dos adultos, es algo que deben esconder. Ese es el mensaje? Porque al menos es lo que parece.
No debemos olvidar que los niños son niños, no son tontos y absorben todo lo que ven y sino nos encargamos nosotros de explicárselo lo integran como ellos consideran y dado el grado de violencia in crescendo de los jóvenes hoy en día, apostaría porque no lo hacen de la manera correcta.
Muy relacionado con la temática de hoy está la nueva película de Christian Molina, De mayor quiero ser soldado (I want to be a soldier), que se estrena mañana y trata sobre "Alex, un niño de ocho años que parece sentir una fascinación morbosa por las imágenes de carácter violento, tiene serios problemas de comunicación no sólo con sus padres, sino también con sus compañeros de escuela. Su vía de escape es la invención de dos amigos imaginarios."
Supongo que una vez se abre la puerta a este tipo de contenidos es imposible de cerrar, y ¡ojo! no confundamos mi opinión con un discurso pro-censura, ni mucho menos, pero creo que aquellos niños que tienen la suerte de poder disfrutar de una infancia feliz, que menos que no fastidiársela! Que sigue sin ser lo mismo que criarlos en una nube y que crean que siempre habrá un final feliz, como en todo, en el equilibrio está la perfección y por ello es tan dificilísimo de conseguir.
PD: os pongo el cartel oficial de la película que ha sido rechazado por ciudades como Barcelona para ser publicitado en metro y paradas de autobuses por no ser adecuada para ser exhibida en dichos medios. "Puede ser ofensiva por atentar contra las normas sociales de convivencia y puede afectar a la sensibilidad y el buen gusto de los ciudadanos", argumentan.
Un saludo!